LOS TRES MÍSTICOS
Hoy
voy a contar la historia de tres místicos hindúes que hace unos años me
contaron. Se los conocía como Los Tres Santos Reidores, porque nunca hacían
otra cosa que reír. Solían ir de una ciudad a otra, pararse en el mercado y
echarse una buena carcajada visceral. Era contagioso, todo el mercado comenzaba
a reír. Viajaban por toda la India solo ayudando a que la gente riera. Gente
triste, gente enojada, gente codiciosa, gente celosa, todos reían con ellos.
Un
día uno de ellos falleció. Los pobladores dijeron: Su amigo ha muerto y deben
llorarlo, pero los otros estaban bailando, riendo y celebrando la muerte. La
gente del pueblo dijo:
Esto
es demasiado. Cuando muere unes profano reír y bailar.
Entonces,
los reidores dijeron:
Nos
reímos con él toda la vida ¿cómo podríamos despedirlo de otra manera? Y si no
nos reímos, él se reirá de nosotros y pensará: ¡Tontos! ¿Cómo puede morir la
risa?
Y
llegó el momento en que debían incinerar su cuerpo y la gente del pueblo dijo:
Le
bañaremos como lo prescribe el ritual.
Pero
sus dos amigos dijeron:
No,
él ha pedido que no hagamos ningún ritual y no cambiemos sus ropas ni le
bañemos. Sólo ha pedido que le pongamos tal como está en la pira crematoria;
por lo tanto, seguiremos sus instrucciones.
El
cuerpo fue colocado sobre la pira, y cuando comenzó a quemarse sucedió algo muy
especial; se prendieron múltiples fuegos artificiales y salieron serpentinas de
todos los colores que este anciano había escondido entre sus ropas que su
despedida despertara sonrisas y asombro y el pueblo entero le recordara con
alegría y humor, símbolo de lo que había sido su vida.
Josefina Mateos M
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