AMISTAD
Hace
unos días leí esta historia que hoy comparto con ustedes, no sé quién es su
autor, o si es anónima.
Dos
amigos viajaban por el desierto montados en sendos camellos y, llegados a un
determinado punto del viaje, empezaron a acalorarse en una discusión sin
importancia que fue creciendo hasta terminar en una verdadera riña.
El
ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:
“Hoy, mi mejor amigo me pegó una
bofetada en el rostro”.
Siguieron
adelante y llegaron a un oasis, donde resolvieron bañarse para quitarse el
calor y el polvo del camino.
Uno
de ellos, el que había sido abofeteado, no sabía nadar y se metió en un lugar
en donde el agua superaba su altura, estuvo a punto de ahogarse, pero fue
salvado por su amigo, que acudió en su ayuda al oír los gritos de auxilio.
Al
recuperarse, tomó un estilete y escribió en una piedra:
“Hoy mi mejor amigo me salvó la vida”.
Intrigado
el amigo le preguntó:
-¿Por qué, después que te lastimé,
escribiste en la arena, que tu mejor amigo te había abofeteado en el rostro y
ahora escribes en una piedra que tu mejor amigo te salvó la vida?
Sonriendo,
el otro amigo respondió:
-Cuando un gran amigo nos ofende,
debemos escribir en la arena, donde el viento del olvido y el perdón se
encargarán de borrarlo y apagarlo. Pero cuando nos sucede algo grande, debemos
grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, de donde ningún viento del
mundo entero podrá borrarlo.
Josefina
Mateos M
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