domingo, 4 de octubre de 2020

QUÉ DIFÍCIL ES SER BUENA


QUÉ DIFÍCIL ES SER BUENA

Buena es quien pudiendo ser mala decide no serlo. ¡Qué difícil es ser buena! las trabas e impedimentos que te ponen, lo que se sufre y se llora para serlo. Lo ideal y satisfactorio es vengarte de quién te ha hecho mal, de pensar cómo hacer más daño del que te ha infringido, de ver que sufre más de lo que te ha hecho sufrir. Ser buena es pasar de todo esto, de no querer para los demás lo que no quieres que te hagan a ti, aunque te duela y te comas todo el orgullo, no obstante, esto tiene repercusión en tus emociones y en tu salud, sabes que enfermarás ¿Entonces qué es lo que conviene hacer?

Si se sufre por lo que los demás nos hacen, es más el dolor cuando te lo hace tu propia familia, tus padres, tu hermano, tus hijos o tus nueras, como los más allegados, cuando son de tu sangre es en grado superlativo. ¿Por qué no defenderse de estos ataques mal intencionados que van derecho a donde más daño hacen? La mayoría de estas embestidas no son físicas, son psíquicas. Una herida en el alma duele y perdura mucho más, te deja cicatrices que en momentos de desdicha, infelicidad o desamparo se reabren. Las heridas del alma se van curando con el paso del tiempo, aunque nunca se llegan a cicatrizar.

¿Por qué unos pueden hacer muchísimo daño a los de su misma sangre y otros toleran hasta lo intolerable y les devuelven amor? No encuentro una explicación, aunque pienso que es la conciencia que uno la tenga laxa y el otro bondadosa. Se tolera y aguanta con la esperanza de que el otro cambie y le corresponda con cariño y afecto, aunque el que es malo, tiene malas intenciones, y quiere hacer daño, nunca cambia.

Cuando alguien nos traiciona duele en lo más profundo de nuestro ser, creíamos que nuestro cariño y confianza eran recíprocos, pensábamos que sus acciones eran honestas y sinceras pero descubrimos todo lo contrario, habíamos depositado nuestra confianza en alguien que simplemente era falso.

La primera sensación que tenemos es de incredulidad, de ira, las lágrimas pueden cegarnos y planeamos la forma de vengarnos para hacer más daño del que nos han hecho. Nuestra conciencia no nos dejará llevarlo a cabo, no somos iguales, aunque resulte mucho más difícil ser bueno que malo. Creemos que la vida le devolverá multiplicado por siete el dolor y el sufrimiento que nos ha causado, eso dice la ley del karma, aunque lo dudo ¿Llevará esa losa en su conciencia por el resto de su vida quien disfruta haciéndonos padecer? Nos consolamos pensando que la bondad algún día se verá recompensada, si no es en esta vida, será en la otra.

Decía Edmund Burke, «Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada»

Josefina Mateos Madrigal 4/10/2020