domingo, 12 de diciembre de 2021

LA SIEMBRA


LA SIEMBRA

 Lo que se siembra se recoge. Toda acción lleva su reacción. Siempre pensamos que todas nuestras acciones buenas o malas tienen consecuencias, antes o después, algunos lo llaman la ley del karma, otros piensan que se debe a la ley de la atracción y otros que es pura metafísica.

Hacemos las cosas simplemente porque te salen así en ese momento, si haces una buena acción no es porque esperas una recompensa, es porque te surge desde dentro, es lo que tu alma está pidiendo, haz bien y no mires a quien. El ser humano es bueno por naturaleza, o debería serlo, porque es lo que te han enseñado o lo que has visto o vivido desde tu niñez. En el lado contrario están todas las acciones destructivas, las que hacen daño, hay personas que se desvían del camino correcto por malas influencias, por la educación que han recibido, porque su naturaleza es perversa o por egoísmo, no les importa las consecuencias de sus acciones, algunas parecen que están aliadas con el mismo demonio. Siempre esperamos que estas personas que hacen tanto mal reciban también un castigo que la mayoría de las veces no les llega, me pregunto por qué no tienen su merecido, por qué sucede justo todo lo contrario, parece que la suerte les sonríe y no dejan de tener premios, reconocimientos, o se les ve que nadan en la abundancia y la prosperidad. Cuanto más malos son, mejor les va. Entonces, cómo dicen que el que siembra vientos recoge tempestades, que el que al cielo escupe, en la cara le cae, que la vida es un boomerang, que lo que envías te regresa, o lo que das o haces se te devuelve multiplicado por siete. Aunque dicen que lo que das es lo que obtienes, que lo que ves en los demás, existe en ti. Tenemos que vivir de tal modo que nada de los que hagamos merezca el reproche o la condena de quienes nos rodean. Somos responsables de lo que hacemos antes y después de la siembra. Si actuamos mal en nuestras vidas y si hacemos mal a los demás, cuando necesitemos de ellos, no estarán allí.

Tenemos libre albedrío, somos libres de actuar, de pensar o no pensar, de decir o no decir. ¿Deberíamos de echarles la culpa a los demás de los que nos sucede? Aunque somos libres de nuestros actos, pero no de sus consecuencias, muchas veces hay factores exteriores que se confabulan para que todo lo que habíamos planeado no salga de la manera que hubiésemos querido. Es más fácil buscar un responsable de lo que nosotros hemos hecho, queriendo o sin querer, para culparle de ello. Hay personas que se llevan todo el día justificándose de lo que hacen cuando no deben dar explicaciones a nadie, salvo a ellos mismos y a su conciencia.

Hay una máxima que debería ser la base de nuestras acciones “no hagas a otros lo que no quieres que te haga a ti”. No pidas más de lo que puedes dar y no permitas recibir menos de lo que crees merecer. Evita las exigencias que conducen a reproches. A veces hay que perdonar hasta a quien no se lo merece, quitarse esa mochila que tanto nos duele y dejar que la vida se encargue de cobrar y pasar factura.


La frase “lo que siembras, cosechas” es una expresión muy conocida. Está llena de sabiduría. Lo que expresa claramente es que las personas que hacen el bien, les ira bien en la vida; mientras que los que hacen cosas malas, terminaran recibiendo lo mismo. Aunque una persona pueda engañar a todos los de su alrededor, no puede burlar a Dios. Todo lo que una persona haga, ya sea bueno o malo, también es lo que recibirá en la vida. Nadie es más que nadie, debemos apreciar a los demás por quienes son y no por sus apariencias.

 

Josefina Mateos M. 12-12-2021