sábado, 16 de febrero de 2019

EL AMOR MATERNAL ES PURA HERMOSURA.

EL AMOR MATERNAL ES PURA HERMOSURA.

Hoy voy a contar un hermoso cuento que trata sobre el amor maternal que leí hace varios años, que alguien recopiló de cuentos y leyendas anónimas, nada hay tan hermoso como el amor de una madre hacia su hijo.
Cuentan que un rey quería saber que era lo más bonito que había sobre la tierra. Mandó pregonar que el que le llevase el presente más hermoso le daría un cofre lleno de oro.

Las ciudades, los campos, los valles, mares y montañas fueron recorridos por todos los que querían hacerse con lo más bello de la tierra.
Todos los días los salones del palacio se llenaban de gente que iba a ofrecer al rey los regalos más bonitos que habían encontrado en sus lugares de origen. Algunos llevaban obras de arte, otros animalitos exóticos de plumas multicolores o de piel sedosa.
El tiempo pasaba y el rey no le gustaba nada lo que le llevaban.
Un día un joven viendo un magnífico jardín dijo ¡Qué bellas y aromáticas son estas flores! Se las llevaré al rey. De pronto…se quedó observando a su hijo que sonreía mientras jugaba en el jardín, y dijo:
            -La sonrisa de un niño es más bonita que estas flores. ¡Llevaré la sonrisa también!
Entro a despedirse de su mujer que estaba sentada con su bebé en brazos. Contempló su cara y escuchó cómo cantaba y arrullaba al niñito para que se durmiese. Esta escena le causó tanta ternura, y le transmitió tanto amor, que pensó:
Me lo llevaré también, porque es la cosa más hermosa que he visto en este mundo. Con estos tres tesoros el joven se encaminó a palacio, pero antes de entregárselos al rey, se detuvo para examinar sus regalos y se asombró porque, las flores se habían marchitado, la sonrisa tierna se había tornado en un gesto feo. Sólo el amor maternal, retuvo toda su hermosura, ternura y delicadeza. Tiró a un lado las flores marchitas, y la sonrisa que se había convertido en un gesto ridículo y entró en el palacio donde había una gran multitud de personas congregadas en torno al rey.
Cuando el joven entró todos le rodearon para ver lo que traía.
¡He aquí mi rey!, dijo el joven.

La única cosa que puede retener toda su hermosura desde la tierra hasta el cielo, lo más suave, dulce, perenne, tierno y delicado que he podido traer es el amor maternal.

Josefina Mateos M

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