jueves, 6 de diciembre de 2018

LA VENTANA



LA VENTANA

Hace unos años me mandaron un pps. que trataba de dos hombres muy enfermos ocupaban la misma habitación de un hospital, a uno se le permitía sentarse en su cama cada tarde durante una hora para ayudarle a drenar el líquido de sus pulmones. Su cama daba a la única ventana de la habitación. El otro hombre tenía que estar todo el tiempo boca arriba. Los dos charlaban durante horas. 
Cada tarde, cuando el hombre de la cama junto a la ventana podía sentarse, pasaba el tiempo describiendo a su vecino todas las cosas que veía desde la ventana. El hombre de la otra cama empezó a desear que llegaran esas horas, donde su mundo se ensanchaba y cobraba vida con todas las actividades y colores del mundo exterior.
La ventana daba a un parque con un precioso lago. Patos y cisnes jugaban en el agua, mientras los niños lo hacían con sus cometas. Los jóvenes enamorados paseaban de la mano entre flores de diverso colorido. Grandes árboles adornaban el paisaje y se podía ver en la distancia una bella vista de la ciudad. El hombre de la ventana describía todo esto con un detalle exquisito, el del otro lado de la habitación cerraba los ojos e imaginaba la idílica escena.

Pasaron días y semanas. Una mañana, la enfermera de día entró con el agua para bañarlos encontrándose el cuerpo sin vida del hombre de la ventana, que había muerto mientras dormía. Se llenó de pesar y llamó a los ayudantes del hospital para llevarse el cuerpo.
Tan pronto como lo consideró apropiado, el otro hombre pidió ser trasladado a la cama al lado de la ventana. La enfermera le cambió encantada y tras asegurarse de que estaba cómodo salió de la habitación. Lentamente y con dificultad el hombre se irguió sobre el codo para lanzar su primera mirada al mundo exterior, por fin tendría la alegría de verlo él mismo. Se esforzó para girarse despacio y mirar por la ventana al lado de la cama y se encontró con una pared blanca.
El hombre preguntó a la enfermera qué podía haber motivado a su compañero muerto para describir cosas tan maravillosas a través de la ventana. La enfermera le reveló que el hombre era ciego y le dijo, “Quizá sólo quería animarle a usted”.

Josefina Mateos M

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