EL MAESTRO SUFFI
Un maestro suffí tenía
la costumbre de contar una parábola al terminar cada lección, pero los alumnos
no siempre entendían el mensaje de la misma.
-Maestro le dijo en tono desafiante uno de sus
estudiantes un día-, siempre nos haces un cuento pero nunca nos explicas su
significado más profundo.
-Pido perdón por haber realizado esas acciones- se
disculpó el maestro.
-Sin embargo, quisiera agradecerte como mereces. ¿Me
permites pelarte el durazno?
-Sí, muchas gracias- se sorprendió el alumno, halagado
por el gentil ofrecimiento del maestro.
-¿Te gustaría que, ya que tengo el cuchillo en la mano,
te lo corte en trozos para que te sea más cómodo?
-Me encantaría, pero no quisiera abusar de su
generosidad, maestro.
-No es un abuso si yo te lo ofrezco. Sólo deseo
complacerte en todo lo que buenamente pueda. Permíteme que también te lo
mastique antes de dártelo.
-¡No maestro, no me gustaría que hicieras eso! –se quejó
sorprendido y contrariado el discípulo.
El maestro hizo una
pausa, sonrío y le dijo:
-Si yo les explicara el sentido de cada uno de los
cuentos a mis alumnos, sería como darles de comer fruta masticada.
Josefina Mateos M
Josefina Mateos M
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