La Piedra de la Felicidad |
LA PIEDRA DE LA FELICIDAD
Hace muchísimos años en un pueblecito escondido entre montañas, vivía
una joven campesina que se dedicaba a cultivar un huerto y vivía de vender lo
que producía. Un día fue a visitar a un familiar enfermo a un pueblo vecino. Cuando
de repente vio relucir algo en mitad del camino, se acercó para ver qué
era lo que emitía tanto brillo.
-¡Qué
piedra tan hermosa! Dijo la muchacha.
Era diferente de todas las que
había visto, hasta le parecía que le hablaba.
Impresionada, decidió llevársela
a su casa.
La piedra del tamaño de una naranja
pertenecía a un ángel que la perdió en aquel lugar. Era la Piedra de la
Felicidad. Poseía el poder de transformar los deseos en realidad.
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El ángel cuando se dio cuenta que
había perdido la piedra fue a comunicárselo a Dios y éste evaluó el poder
mágico de la piedra. Viendo que la persona que la había encontrado era una
chica trabajadora cuya familia era pobre, pensó que se la podía dejar, y ordenó
al ángel que se despreocupara, que no hacía falta que la recuperase.
Estando dormida la joven, el
ángel se la apareció en sueños, y la dijo que la piedra tenía poder para
conceder tres deseos. Pero que esos beneficios solamente podrían ser utilizados
a favor de otras personas. Para obtener el deseo debía pensar y pedir lo que
quería y después apretar la piedra entre las manos.
La chica se despertó
sobresaltada. No le gustó saber que los poderes de la piedra sólo podían ser
utilizados en provecho de los demás. Querían que fueran para ella. Pensó que
era buena persona, nunca había pedido nada a la vida y siempre se había conformado
con lo que esta le había dado. Lo más justo es que la piedra le regalase algo,
ella la había encontrado.
Intentó pedir alguna cosa para sí
misma, apretó la piedra entre las manos, no obtuvo nada. Entonces enfadada
decidió guardarla. La piedra no tenía interés para ella.
Los años fueron pasando y la
muchacha se volvió anciana. Cierto día hizo evaluación de su vida, recordó su
pasado y concluyó que había llevado una vida infeliz, con muchas dificultades,
necesidades y sufrimientos, siempre fue una persona solitaria y egocéntrica. Tuvo
pocas amigas y reconoció haber sido muy egoísta. Jamás quiso el bien para los
demás, al contrario, deseaba que todos sufrieran lo mismo que ella.
Recordó que guardó la piedra
durante muchos años, casi toda su existencia, y se acordó del sueño de los
poderes de la piedra. Entonces buscó por toda la casa, en los baúles, en los
cajones, en los armarios…en todos los sitios donde hubiese podido guardar la Piedra
de la Felicidad. Cuando la encontró lágrimas de alegría recorrieron su cara,
ahora quería usarla en beneficio de los demás.
Pidió tres deseos, que una madre
encontrase el paradero de su hija desaparecida hacía muchos años,
inmediatamente la piedra le reveló en dónde estaba lo que proporcionó gran
alegría a la mujer. El deseo de un joven, poniéndole a su disposición un bien
material que necesitaba. Por último viendo el dolor que sentía un enfermo, le
curó. En agradecimiento la mujer besó la piedra que se transformó en una nube
blanca, brillante y en medio apareció el ángel que había visto en su sueño
hacía muchos años, después de encontrar la piedra.
Concedidos los deseos, el ángel
le habló y le dijo.
-Has
usado la Piedra de la Felicidad, lo que me pidas para ti te lo concederé.
Primero debías hacer el bien a los demás para merecer que se te concediera tu
deseo ¿Por qué tardaste tanto tiempo en usarla? Desde joven tuviste en tus
manos la oportunidad de ser feliz pero la rechazaste.
La mujer se puso muy triste al
entender lo que había sucedido. Tuvo en sus manos desde su juventud, la
oportunidad de construir una vida llena de felicidad pero, encerrada en su egoísmo,
jamás pensó que haciendo el bien a los demás cosecharía el bien para sí misma.
Lamentando su pasado de dolor y
su error al despreciar a los demás, hizo un pedido conmovida y arrepentida y
pidió un deseo con toda el alma:
-Dame,
tan solo, la felicidad de olvidar mi pasado egoísta.
Ahora que conoces el secreto de
la piedra de la Felicidad, cuando la tengas entre tus manos, acaríciala
suavemente y pide esos 3 deseos que verdaderamente harán felices a tus seres
más queridos y con ellos, por supuesto a ti.
El ángel que siempre está a
nuestro lado ayudará a que estos se hagan realidad.
Desde el corazón pongamos hoy
especial intención y conciencia para que nuestra luz llegue a todos los
habitantes del maravillo planeta tierra
.
.
Gracias desde lo más profundo de
mi corazón por estar ahí.
Confío que esta lectura haya sido
una caricia para tu alma.
Josefina Mateos M
Josefina Mateos M
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