¿Por qué la vida
tiene que enviar personas conflictivas precisamente a los que huyen de los
conflictos? No sé de qué tienen que curarse. Me pregunto, por qué quieren
hacernos sufrir. Por ejemplo yo soy una persona que me gusta la paz, la
tranquilidad, la armonía, “vivir y dejar vivir”. Quiero que todo fluya y nada
influya. Que se queden los que se tienen que quedar y que se vayan los que
sobran en tu vida. Por dentro somos seres de luz, nada, ni nadie tiene que
influir para destruirla. Hay que dejar ir todo aquello que es mala influencia,
libertarte de lo que hace padecer y borra la sonrisa de la cara. Hay que
avanzar contra esos vientos hoscos que impiden que avancemos. Evitar que la adversidad
sea un peso capaz de hundirte frustrando tus esperanzas y las ganas de vivir.
Después de mucho
desear y esperar encontrar un buen amigo, cuando le haces confidente de todos
tus secretos, problemas, alegrías y pesares, a ese que creías que era tu amigo,
a la primera ocasión en que le das la espalda, te vende y te da una puñalada
allí donde más duele. Es una forma dolorosa de aprender a reaccionar, te
vuelves desconfiado y solitario. Solo te tienes a ti, hasta los que más quieres
te traicionan. Lo más doloroso es tener al enemigo dentro de casa, cuando tu
familia es quien te vende, te traiciona, y aniquila. Lo mejor es amarse como te
gustaría que te amasen y confiar más en ti, en tu intuición, esta tiene forma de
ángel y camina de puntillas. La intuición es un regalo de Dios.
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