LA EVOLUCIÓN A TRAVÉS
DEL TIEMPO
Me pregunto a veces si
nuestros ancestros y sociedades primitivas eran más inteligentes y listos que
la generación actual. Ellos no tenían los medios ni las tecnologías de las que
se disponen ahora. Su vida era sobrevivir en un medio hostil, lleno de peligros
acechando a cada momento. Estaban rodeados de animales peligrosos, tribus
enemigas, naturaleza salvaje. No podían cometer ningún error porque ello les
podía costar la vida, y a veces a su grupo. Supieron hacer armas para
defenderse, utensilios para cazar y pescar, herramientas para construir refugios
donde guarecerse de las inclemencias del tiempo y murallas para protegerse. Se orientaban
en medio de un bosque, una montaña o en un sitio desconocido, por las
estrellas, la luna o el sol. Sabían pronosticar el tiempo porque leían señales
del cielo, podían predecir el clima observando la forma, el color y el
movimiento de las nubes, las estrellas y la luna. El comportamiento de las
aves, su migración y canto, podía indicar cambios en las estaciones o la
aproximación de una tormenta. La conducta de los insectos, como las hormigas construyendo sus montículos o las abejas recolectando
polen, podía ser un indicador de las condiciones climáticas inminentes.
Mi suegro tenía una mula y un burrito y decía: “va a haber tormenta porque la
mula está sudando”. Mi suegra sabía que cuando las piedras del portal lloraban,
es decir que estaban húmedas, se avecinaba lluvia. Cuando yo era pequeña, mi
madre decía que iba a llover o a cambiar el tiempo si la chimenea de la cocina olía
a hollín. Igualmente si la campana extractora de la cocina me huele a grasa es
que llueve en unos días. Si está nublado y veo a los pájaros volar alto es que va
a llover.
También conocían las
plantas y las hierbas curativas y las venenosas. Es cierto que las generaciones
antiguas tenían un conocimiento profundo del mundo natural que les rodeaba.
Eran observadores atentos de los patrones y señales en la naturaleza, lo que
les permitía predecir el clima, encontrar su camino y buscar recursos.
Estas habilidades de
observación y conocimiento de la naturaleza eran esenciales para la
supervivencia y el éxito de las generaciones pasadas. Aunque en la sociedad
moderna muchas de estas habilidades se han perdido o se han vuelto menos
relevantes debido a la tecnología y la urbanización, aún hay mucho que aprender
y apreciar del conocimiento ancestral sobre el mundo natural
Las generaciones
primitivas estaban muy unidas por lazos de parentesco. Su estructura era
simple. El grupo le dirigía quien estaba más preparado, el que demostraba que
podía guiarles y protegerles. Normalmente eran los ancianos quienes tenían más
experiencia y los demás no osaban revelarse contra ellos. Se regían por el derecho
natural y consuetudinario, no tenían constituciones ni leyes absurdas como las
actuales, todo era para beneficiar a la tribu o a la población, y no para
prohibir y multar. Protegían y cuidaban a los más débiles sin abandonarles a su
suerte. Todos eran iguales y aportaban al grupo lo mejor de cada uno. Su fin
primordial, aparte de sobrevivir, era su espíritu, el más allá, el respeto a la
memoria de sus ancestros y su comunicación con ellos.
Su cultura eran sus
danzas, sus divinidades que les proporcionaban todo para vivir, el sol, el
agua, la tierra. Sus cuadros eran las escenas de caza pintadas en las piedras de
una cueva. Se fabricaban sus propias joyas y amuletos con piedras y huesos.
La sociedad actual es
más compleja, hay jerarquías e instituciones que gobiernan a la población, no
es que te protejan y te cuiden, como debería de ser, por eso pones tu confianza
en que así sea, pensando que eliges a los mejores preparados para ello. Muchas
veces en vez de protegerte te conducen directamente al precipicio.
Las sociedades modernas
han logrado avances tecnológicos impensables hace pocos años, tanto han
avanzado que no estamos seguros de poder sobrevivir a ellos. No sabemos si despertaremos
cuando nos vamos a dormir, debido a las guerras que han originado los gobiernos,
que en cualquier momento pueden apretar el botón rojo y llevarnos a un desastre
nuclear.
En cuanto al desarrollo
cultural e intelectual de las sociedades primitivas aunque limitado, no era nulo
porque si estamos aquí y hemos progresado es porque ellos consiguieron transmitirlo
oralmente, comenzaron a desarrollar la pintura, escultura, música, escritura.
La sociedad actual dispone de nuevas tecnologías, que serían inimaginables en el
siglo pasado.
La
inteligencia de las generaciones antiguas se manifestaba de manera diferente a
la de hoy. Ellos tenían una inteligencia práctica y una sabiduría profunda
sobre su entorno, que les permitía sobrevivir y adaptarse a condiciones a
menudo difíciles. Su conocimiento del mundo natural, las habilidades de
supervivencia y la capacidad de vivir en armonía con su entorno eran cruciales
para su supervivencia.
En la
actualidad, la inteligencia se manifiesta a través de la innovación
tecnológica, la resolución de problemas complejos y la capacidad de manejar
información a gran escala. Aunque las habilidades de supervivencia básicas
pueden no ser tan comunes, las intelectuales modernas permiten a las personas
crear soluciones a problemas que las generaciones anteriores nunca enfrentaron.
Ambas
formas de inteligencia son valiosas y han jugado un papel importante en la
evolución humana. Las generaciones antiguas sentaron las bases para que las
futuras pudieran construir y avanzar. Es un legado de adaptabilidad y
aprendizaje continuo que nos ha llevado a donde estamos hoy,
¿Somos más inteligentes
y más listos que las generaciones primitivas? Yo creo que no, porque si un día
hubiese un apagón muchos no sobrevivirían.
Como dijo Charles Darwin “Las especies que sobreviven no son las más fuertes ni las más rápidas ni las más inteligentes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio.
Josefina Mateos Madrigal,
11 de mayo de 2024
En primerísimo lugar, debo expresa mi admiración, mi respeto, y mi consideración, a esta gran Señora, gran mujer, gran esposa, gran madre, gran amiga, y gran escritora.
ResponderEliminarGracias Josefina Mateos Madrigal, por compartirnos tu manera de pensar siempre justa y desinteresada, siempre tu amor latente por el prójimo (en todo lo que cabe la expresión "amor"), y tú inteligencia (espero que se me pegue una poquita).
Leyendo tu artículo, no me cabe duda alguna, que en antigüos tiempos, sí se utilizaba el cerebro humano, en toda la extensión de la palabra "usar".
Los humanos estaban supeditados sobrevivir, basados en las sensaciones que percibían. Ya fuera en el observar la luna, el sol, las estrellas, las mareas de los océanos, el movimiento de los animales, el oler el aire, el observar los vientos.eso era el llamado sexto sentido.
Hoy en día, a nuestro cerebro se le regala todo, y se vuelve más inútil.
Cada día que pasa, somos más inútiles .Hacemos lo que se nos dice, comemos lo que se nos dice,nos comportamos como se nos obliga, actuamos, como se
nos "aconseja".
Somos extraños dentro de nuestro propio planeta, porque ya no dependemos de nosotros mismos, como en antaño.
Consumimos lo que nos ponen enfrente (ya sea alimentos, e información en los medios de comunicación), y vivimos como borregos, que nos pastorean , los líderes del mundo.
Deberíamos de dar un paso atrás y retomar la vida de antaño, las costumbres perdidas, que en innumerables veces criticamos, de nuestros sabios abuelos y padres.
Dicen que no se debe dar un paso atrás, ni para tomar impulso.
Yo considero que a veces hay que retroceder y se vale, para volver a empezar.
MUCHAS GRACIAS QUERIDA AMIGA JOSEFINA MATEOS MADRIGAL, POR ESTA EXTRAORDINARIA REFLEXIÓN !!!;;
👏👏👏👏👏👏👏👏👏
Muchas gracias por tu comentario, es una reflexión muy interesante y cierta. Nuestra generación debería pensar en lo que dices, hemos avanzado mucho en el modo de vivir y tecnológicamente, nuestro modo de vivir nos ha llevado ha sufrir un estrés crónico por lo rápido que va todo ¿Qué nos estamos perdiendo? Un abrazo.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, es una reflexión muy interesante y cierta. Nuestra generación debería pensar en lo que dices, hemos avanzado mucho en el modo de vivir y tecnológicamente, lo que nos ha llevado ha sufrir un estrés crónico por lo rápido que va todo ¿Qué nos estamos perdiendo? Estamos desconectados de la naturaleza. Un abrazo
EliminarEn primerísimo lugar, debo expresar mi admiración, mi respeto y mi consideración a esta gran Señora.
ResponderEliminarGran mujer, gran esposa, gran madre, gran amiga y gran escritora.
Gracias Josefina Mateos Madrigal, por compartirnos tu manera de pensar.
Siempre equilibrada, siempre justa, siempre amable, siempre desinteresada, y siempre tu amor latente por el prójimo (en todo lo que cabe la expresión de "amor").
También tú inteligencia ( espero que se me pegue una poquita).
Leyendo tu artículo, no me cabe duda alguna, que en tiempos antiguos, se utilizaba la capacidad del cerebro humano, en toda la extensión de su capacidad ( usar).
Los humanos estaban supeditados a sobrevivir, basados en su inteligencia, en las sensaciones de lo que percibían, ya fuera al observar el sol, la luna, las estrellas, las mareas, el movimiento de los animales, el oler el aire, el movimiento de los vientos. Eso era, tener el sexto sentido muy desarrollado.
Hoy en día, a nuestro cerebro, se le regala todo.
Cada día que pasa, somos más inútiles.
Hacemos lo que se nos dice, nos comportamos como robots programados, actuamos, como se nos obliga,.
Somos extraños dentro de nuestro propio planeta, porque ya no tenemos una personalidad propia, sino impuesta. Ya no dependemos de nosotros mismos.
Consumimos lo que nos ponen enfrente ( ya sea alimentos, noticias y cualquier basura que publican los medios de comunicación), y vivimos como borregos, que pastorean los líderes del mundo.
Deberíamos de dar un paso atrás, y retomar algunas costumbres de antaño ya perdidas. Aquellas costumbres que nos inculcaron nuestros abuelos, y nuestros padres.
Cabe decir, que en nuestra inmadurez, muchas veces criticamos.
Dicen por ahí, que no se debe de dar un paso atrás, ni para tomar impulso.
Considero, que a veces hay que retroceder, para volver a empezar de nuevo.
MUCHAS GRACIAS QUERIDA AMIGA JOSEFINA MATEOS MADRIGAL, POR ESTA EXTRAORDINARIA REFLEXIÓN.
Tu amiga que te tiene en muy alta estima,
Alma Rosa hurtado Carrillo .