Que desagradable es cuando hablas con una persona y poco a poco
va elevando el tono de voz hasta terminar gritando, y no es porque sea sorda,
es porque su forma de comunicarse es así. El otro día me pasó eso con unos
familiares con los que estábamos hablando, nada menos que en un hospital, en
medio de la conversación empezaron a hablar tan alto que gritaban, nos callamos
a ver si dejaban de vociferar porque no queríamos llamar la atención y menos en
el sitio que estábamos. Como dijo el escritor español Noé Clarasó “Muchos
gritan y discuten hasta que el otro calla. Creen que les han convencido. Y se
equivocan siempre”.
A veces cuando conversas con algunas personas en vez de hablar
con el mismo tono de voz que tú lo haces te contestan a voces, te gritan, te
hacen sentir mal como si fueses culpable de algo, no entiendes esa reacción
suya. Creen que así se hacen comprender mejor, que tienen más razón en lo que
te están diciendo. Uno se siente atacado y agredido, si el interlocutor también
eleva el tono de voz, puede llegar a perder los papeles y la conversación
terminar mal. Gritar, chillar o hablar muy alto es una forma de agresión. El
literato y poeta italiano Arturo Graf dijo “El saber y la razón hablan, la
ignorancia y el error gritan”.
Algunas personas gritan cuando hablan, una forma de llamar la
atención, algunas veces para expresar emociones fuertes, como enojo, miedo,
alegría o sorpresa. Tenía unos amigos que estando paseando por la calle, solo
con oírles de lejos sabíamos quiénes eran, no hacía falta verles porque sus
voces se escuchaban a distancia, ya fuese hablando entre el matrimonio o con
otras persona. Lo peor era cuando te veían en el supermercado y te llamaban, no
tenías escapatoria, todos los que estaban comprando a tu lado se daban la
vuelta a ver a quién gritaban o quién se estaba peleando. Te hacían pasar
vergüenza porque parecía que te reñían. Era su forma de expresarse, a voces.
Otras personas gritan cuando hablan para hacerse escuchar en un
ambiente ruidoso, como en una fiesta, un concierto, ahí pierdes hasta la voz,
la garganta te pica y te desgañitas hasta quedarte afónico. Pero este no es el
caso al que me refiero.
Hay
personas que gritan cuando hablan, lo hacen para dominar o intimidar a los
demás, para ejercer poder y causar miedo. Ese es otro problema añadido a la
conversación, con los que no se debe perder el tiempo. Mark Twain, decía “No discutas con un necio, la gente
podría no notar la diferencia.
Los
gritos no son saludables en las relaciones, de hecho rompe las comunicación y
la cercanía de las personas. Las voces activan una señal de alarma
en nuestro cerebro que nos hace prestar más atención a lo que dice la persona
que grita. Sin embargo los gritos también pueden ser perjudiciales para las
relaciones, ya que pueden generar estrés, ansiedad o resentimiento en quien los
recibe. Por eso como decía George Carlin “No discutas con un idiota, te
hará descender a su nivel y allí te ganará por experiencia.
Los gritos solo indican que hay inestabilidad
emocional en la persona que sube el volumen de su voz. Grita porque quiere
mostrarse más fuerte de lo que es e intenta ejercer dominio sobre la situación.
Sin embargo lo que muestra es que no tiene suficiente control ni siquiera sobre
sí mismo.
Los especialistas afirman que se debe tener en cuenta que los gritos generan
malestar emocional, disparan los niveles de cortisol, que es la hormona relacionada
con el estrés y, por lo tanto, no permite a las personas pensar claramente.
Gritar es algo que muchas personas hacen y por supuesto, puede convertirse en una acción bastante tóxica en las relaciones humanas. No por gritar mucho se tiene más razón.
Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse.
Muchas personas tienen el hábito de hablar a voces, lo que puede resultar molesto e irrespetuoso para los demás. Si quieres que la gente deje de hablar a voces, puedes seguir estos consejos:
- Sé un ejemplo. Si hablas en un tono moderado y tranquilo, estarás transmitiendo un mensaje de respeto y cortesía. Además, podrás escuchar mejor lo que te dicen los demás y evitar malentendidos.
- Expresa tu incomodidad. Si alguien está hablando a voces y te molesta, puedes decirle de forma educada y firme que baje el volumen. Por ejemplo: "Disculpa, ¿podrías hablar más bajo? Es que me cuesta concentrarme con tanto ruido". No le grites ni le faltes al respeto, sino hazle ver que su actitud te afecta negativamente.
- Fomenta el diálogo. A veces, algunas personas hablan a voces porque se sienten ignoradas o incomprendidas. En ese caso, puedes tratar de escucharlas con atención y empatía, y hacerles preguntas o comentarios que demuestren tu interés. De esta manera podrás establecer una comunicación más fluida y respetuosa, y evitar que se alteren o se pongan a la defensiva.
Josefina Mateos Madrigal
8 de junio de 2023